Este libro, del profesor brasileño Idelber Avelar, compone un panorama de la constitución de los cánones narrativos regionales de la Colombia decimonónica. En su mapa de estudio se incluyen las novelas Ingermina (1844) de Juan José Nieto, Manuela (1856) de Eugenio Díaz Castro, María (1867) de Jorge Isaacs, y Frutos de mi tierra (1896) de Tomás Carrasquilla. Una era de conflictos enmarca la segunda mitad del siglo xix en el país, y la literatura, en este caso la prosa de ficción, se inserta en estos de forma singular, recreando la precaria articulación entre los diversos fragmentos nacionales y su perennemente aplazado pacto unificador.